Los siguientes planteamientos buscan, en esencia, exponer nuestra óptica frente a lo concerniente al uso del Cannabis en relación a la familia. En ningún momento buscamos emitir planteamientos tendenciosos que inciten al consumo del mismo, ni buscamos que las familias replanteen sus principios vigentes. Esto constituye entonces, una opinión acerca de una de las situaciones que acontecen dentro de la sociedad en lo que respecta al Cannabis.
Analizaremos el uso del Cannabis recreativo desde una óptica donde predomine el balance y el consumo consciente.
Cannabis recreativo
Debido a los pensamientos que atraviesan la cultura latinoamericana, el uso del Cannabis es visto con considerable recelo. Por lo cual, si un padre hace uso de la planta elige hacerlo a escondidas; el hijo, por su parte, buscará también excusas o creará situaciones donde pueda despistar a su familia para hacer uso del Cannabis. Es preciso mencionar, sin embargo, que son muchos los casos donde personas cuyas vidas llevan un curso normal (dentro de los parámetros exigidos socialmente) hacen un buen uso de la planta. El Cannabis, bien encauzado, puede ser una gran herramienta de la cual podemos valernos para equilibrar el cuerpo, la mente y el espíritu.
En la actualidad, ver a un padre con su hijo mayor de edad, consumiendo una cerveza en la playa, no sería ningún motivo de escándalo, por el contrario, constituye algo absolutamente normal, pues, en primera, la cerveza es legal desde hace años y, además, lo están haciendo moderadamente. Sin embargo, considerar algo “bueno” o “malo” varía en función de la sociedad y de la época; a mediados del siglo pasado se estaba atravesando por el proceso de legalización del licor, es decir, se vivía una situación similar a la que ahora se vive con el Cannabis.
Teniendo en cuenta lo mencionado previamente, si es normal que un hijo se tome una cerveza con su padre ¿por qué constituiría algo anormal que fuese un porro lo que consumiesen?
¿Por qué no hablar del cannabis en familia?
Si en las relaciones familiares predomina la apertura y la confianza, creando lazos basados en la comunicación y la correcta instrucción y no en la prohibición, el Cannabis no representaría un problema en los núcleos familiares. En el caso en que son los padres quienes hacen uso del Cannabis y procuran no interferir en el espacio de sus hijos, pueden acudir a soluciones que mantendrán la discreción y el respeto, como nuestra línea de vaporizadores herbales, los cuales son muy óptimos en la gestión de olores y también en los efectos psicoactivos.
Es importante considerar que mantener a los hijos desinformados, valiéndose del hecho de que como padres no quieren ser vistos en medio de una sesión, no constituye una de las vías más acertadas. Siempre es posible acudir a una comunicación clara que les dé luces acerca del uso correcto y consciente del Cannabis recreativo y medicinal.
El uso del cannabis y la familia
Mantener esta situación en secreto, puede generar en algún momento preguntas en el hijo, debido a que es factible que perciba olores y comportamientos que les susciten cuestionamientos. Es preferible que como padres se encarguen de explicarle al hijo acerca del funcionamiento de dichas sustancias, y que no tenga un primer acercamiento a las mismas a través de amigos probablemente inexpertos, que le muestren un camino hacia la misma sin ningún tipo de fundamentos.
Acercarse a cualquier tipo de sustancia careciendo de fundamentos puede ser peligroso; por lo cual, los hijos precisan indiscutiblemente comunicación y transparencia por parte de sus parientes más cercanos.
Nuestra conclusión
A modo de conclusión, debemos decir que el diálogo y la comunicación asertiva, conforman la base para que cualquier familia, empresa, equipo o engranaje, funcione y avance. Nuestra invitación es, pues, a no desinformar ni despistar a las personas que nos rodean, sino, acudir a la argumentación y despojarnos del juzgamiento, mostrando así un camino para hacer las cosas correctamente.